Un homenaje al Bicentenario de la Independencia
Fueron 20 años de investigaciones y trabajo continuo que se llevó a cabo para ver publicada Colombia en la Historia. Una enciclopedia de lujo, conformada por cinco tomos…
…que abarca desde el periodo precolombino hasta el 7 de agosto de 2006, fecha en que termina el primer periodo presidencial de Álvaro Uribe Vélez.
Hoy, Colombia en la Historia es una realidad gracias a que la Corporación Universitaria del Meta, en cabeza de su rector, Rafael Mojica, decide acoger este proyecto, y publicarlo al celebrarse el Bicentenario de la Independencia de Colombia.
Aunque la nuestra historia ha sido contada en innumerables libros, la presente obra se caracteriza en que su contenido es totalmente nuevo y nunca había sido publicado y está dirigido al público en general, interesada en conocer y profundizar en la historia de nuestro país.
Hablamos con su editor, Rafael Mojica.
– ¿Cuál fue la investigación que se llevó para publicar Colombia en la historia?
Para realizar Colombia en la Historia se llevó a cabo una labor investigativa que tomó muchas jornadas. En primer lugar las propias de cada uno de los articulistas, eminentes todos ellos, pero a los que se les pidió que los 160 capítulos en que se dividió la obra fueran originales, en el sentido, de que si bien el tema lo habían tratado en diversas ocasiones el texto para la obra debería ser totalmente nuevo.
Eso explica por qué algunos importantes historiadores quedaron excluidos pues nos remitieron artículos que ya habían sido publicados.
A ello, se suma la paciencia, el estilo y la disciplina del director, Antonia Cacua Prada, para corregir, y en verdad corrigió al propio maestro Germán Arciniegas, y para aportar de su propio archivo 2.144 ilustraciones, 985 fotografías, 531 pinturas, 149 grabados, 115 dibujos, 31 caricaturas, 36 mapas y 111 policromías, en lo que se debe destacar que la gran mayoría de ellos son originales.
– ¿Cuánto tiempo les tomó llevar a cabo todo el proceso de investigación y realización de Colombia en la Historia y quiénes participaron?
La obra tomó 20 años en ser realizada. En ella participaron los más eminentes historiadores colombianos a saber: Germán Arciniegas, Luis Duque Gomez, Rafael Mojica García, Jorge Morales Gómez, Guillermo Hernández de Alba, Antonio Cacua Prada, Gonzalo Hernandez de Alba, Álvaro Valencia Tovar, – Roberto Velandia, David Mejía Velilla, Napoleón Peralta Barrera, Carlos Monroy Reyes, Jaime Posada Díaz.
– ¿Cuál es la importancia de Colombia en la historia?
Es la legítima heredera de la gran obra de Henao y Arrubla , editada hace 100 años, y su importancia radica en que se narra amenamente la época precolombina , la conquista, la colonia, el nacimiento de la República, su gesta emancipadora y su avance democrático hasta el 2007.
– ¿Va dirigida a un público en especial?
Colombia en la Historia está escrita con criterio didáctico para ser leído en la escuela, en el colegio, en la universidad, en las academias, en las instituciones civiles, militares, religiosas y en el seno de la familia.
– De la historia de Colombia, para usted ¿cuál es el momento o el suceso más memorable?
Todos los momentos de la Historia de Colombia son memorables. Desde el más insignificante hasta el más excelso repercuten en nuestro discurrir. Aprecie usted, que diariamente, se repite la historia de David y Goliat, sin la hazaña del pequeño David jamás hubiéramos conocido las proezas del gran Goliat.
– ¿Cree que los jóvenes conocen realmente nuestra historia?
No. Los jóvenes colombianos ignoran la historia de Colombia de una manera que ha cedido ante la concupiscencia. Es inmoral la minúscula enseñanza que se le da a la juventud de nuestra historia. Esta ignorancia es lo que les permite que sus héroes, y todo joven necesite héroes en su Magín, sean personajes badulaques de tiras cómicas o artistas de malos ejemplos o seres infames con sus congéneres, en lugar de los héroes de la patria, que ayudaron a construirla o que inmolaron sus vidas por salvarla.
– ¿Considera que la academia se preocupa para que sus estudiantes se interesen por la historia?
Las academias están compuestas por señores muy ilustrados cuya única función es reunirse con alguna periodicidad a tratar de demostrarse unos a otros cual tiene más altiva condición. Son viejitos atornillados a unos sillones asignados por números, por letras o por personajes, en la que muy poco se preocupan por recorrer el país repartiendo sus enseñanzas. A ello, añádale, que dependen económicamente para su funcionamiento de las partidas que les asigne el gobierno nacional. Como no hay partidas no hay actividades. Súmele que ellos ya no están para aventuras administrativas ni financieras.
– ¿Se debe cambiar algo en la educación para que los niños tengan un mayor gusto por la historia?
La reforma del sistema educativo de la secundaria fue encomendada, en el gobierno de Alfonso López Michelsen, siendo Ministro de Educación Hernando Durán Dussan, a la UNESCO. La UNESCO por estas calendas era orientada por un director de formación socialista, lo que causó el retorno de los Estados Unidos, y no tuvo empacho en enviarnos en 1976 dos técnicos, uno ruso, Michael Sivenko y otro polaco N. Estachusky, eran de países socialistas marxistas. Dos años después entregaron la nefasta reforma educativa que suprimió la Historia de Colombia del pensum.
Todo marxista sabe que la mejor manera de subyugar o de desbaratar a un pueblo es por la educación. Así que estos señores suprimieron de nuestro pensum del bachillerato, asignaturas que nos caracterizaban: educación cívica, urbanidad, religión y geografía y por supuesto historia. Naturalmente ellos defendieron su postura, diciendo que no se habían suprimido las materias sino que se había cambiado su denominación. En las nuevas asignaturas, sociales y tal, se dejaron periodos muy pequeños para la enseñanza de ellas, y el contenido es voluminoso, en consecuencia, cuando no se enseña mal se enseña a las carreras.
Así que si se quiere cambiar la orientación de la juventud colombiana, una diletante y orgiástica que es la rica y la otra pobre y con odio de clases, debemos incluir la enseñanza de la historia y la geografía de Colombia, haciéndolas modernas, plenas de imágenes y de dramatizaciones para que el joven colombiano lleve a su patria con un orgullo fincado en su pasado, en su presente y en su futuro y no en los guayos de un futbolista.