Liza Johanna Ariza gana concurso «La carta más linda a Colombia»
El concurso, convocado con motivo de la celebración de día de la Independecia de Colombia, llegaron más de medio centenar de cartas. Fueron leídas el 20 de Julio.
«La carta más linda a Colombia» fue realizado por Radio Santa Fe, la Fundación Cultural Libros y Letras, Periodismo Sin Afán, periódico Sector H, periódico Golpe de Opinión y Redes Kreativas.
Se recibieron cartas de todas las regiones de Colombia y de compatriotas radicados en el extranjero, en donde, en su mayoría, reflejaron sentimientos de esperanza, anhelo, optimismo, ilusión y amor a nuestro país.
La ganadora de la primera edición del concurso «La carta más linda a Colombia», fue Liza Johanna Ariza Tarazona de 26 años de Bogotá, quien recibirá premios en libros, música, ingreso a eventos y la publicación de la carta en los respectivos medios de comunicación que realizaron el respectivo concurso.
A partir de la fecha, Libros & Letras, periódico Sector H, Periodismo Sin Afán y Redes Creativas, convocan a la segunda edición del concurso de «La carta más linda a Colombia» 2013, con el propósito de celebrar y homenajear a Colombia en un aniversario más de su Independencia. Se premiará las mejores cartas en la categorías: infantil, juvenil y adultos.
Las cartas deben ser enviadas a [email protected]
A continuación publicamos la carta de Liza Johanna Ariza, ganadora del 2012:
A veces el rojo que escurre por tus campos me alcanza a manchar los zapatos, y no te lo niego, he empacado mis maletas para abandonarte, indignada y rabiosa. Luego recuerdo a mi madre, ella, que es hija tuya con todo su corazón y nació en medio del verde consecuencia tuya, se baño en tus arroyos y se subió a tus árboles. Entonces, casi recuerdo lo que no viví por medio de su sonrisa y la luz en los ojos, y el amor me vuelve al cuerpo.
Querida patria mía, el sol ha salido a mi encuentro en el llano en donde has criado en estos campos a ganado; he casi levitado por tu eje cafetero y olido el amanecer en las plantas que perfuman todo el territorio; si, he caminado por tus montañas y conocido a tus hijos más cercanos del campo, que sin dudarlo dos veces me han aceptado como su hermana ofreciéndome una vasija rebosante de chicha. Vuelvo a los orígenes de esta tierra en las manos que me ofrecen, y entiendo que el fuego que corre por tus aires, es solo la consecuencia de unos pocos hijos descarriados que no te han amado como lo mereces y buscan una herencia que no tengan que compartir.
En mi rebeldía salí a buscar otro rumbo, y volví a ti, encontrando todo lo que afuera vi, entendiendo que mientras puedo ver lo que otros han hecho afuera, aquí en mi hogar, puedo ser hacedora. Y no me importa ahora si jamás llegas a ser como los demás, si sigues perteneciendo al tercer mundo, porque lo que tienes es único y es un privilegio vivir en tu paraíso: poder respirar aún sin toser, nadar junto a peces, comer la fruta desde su árbol…
También tu capital ha sido un jardín con edificios nacientes bellos e inspiradores y una cultura oculta y lenta que ha venido desnudándose a través de los años. Aunque así lo pensé, nunca has escondido los misterios del mundo para dejarme en ignorancia, solo me has mostrado que con esfuerzo los apreciaría más y formaste el carácter fuerte que en ningún otro lugar de la tierra podría forjar.
Querida Colombia, son tus hijos los más valientes; algunos de ellos escondidos del resto del mundo morirán en el anonimato, pero habrán transformado a su paso el camino pedregoso en un pedacito de cielo y esto es un triunfo. Estos hijos que tú has criado, han sabido crecer en una tierra dulce y paradójica llena de espinas y cardos pero también de leche y miel.
En este terruño de Dios, hay que ser virtuoso para poder vivir en verdad y hay que entender lo que es vivir para ser feliz. Ahora maduras y creces a una velocidad impresionante, y aunque la presión exige que te enfríes, has decidido permitirte una adultez afable donde nos enseñas a sonreír con el tiempo encima y los bolsillos vacíos, y aunque pocos de tus hijos traten de quitarte la inocencia, el aire suave que corre por tus senderos siempre nos recordará que en tu casa, cada hijo será afable y feliz a pesar de los pesares.